Es el tipo de narrador menos utilizado. Tiene las características del narrador autodiegético porque suele contar su propia historia.
Es un tipo de narrador que busca la complicidad del lector. Por eso se dirige constantemente a él. Aunque utiliza los paradigmas de segunda persona, es decir, “tú”, “te”, “a ti”, “vosotros”, os”, etc., no pretende identificar a nadie en particular. El protagonista puede ser cualquiera. Por lo tanto, este tipo de narrador se suele utilizar con temas universales. Se supone que lo que le pasa al protagonista puede ser experimentado por casi todo el mundo
ejemplo: Ya no puedes sacarme en cara mi abandono, mi indiferencia frente a tantas cosas que, según tu orgullo, nunca vi y estuvieron siempre en mis manos; no puedes adjudicarme tantos errores cometidos cuando pasé por encima de las finísimas líneas que tejiste para hacerme caer y que confundiste con las señales inequívocas de tu preocupación por nosotros, por nuestro futuro...
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